Cada cultura tiene sus supersticiones, mi madre en particular es una firme creyente de estas nociones. Estas costumbres o supersticiones suelen transmitirse de generación en generación y, aunque he crecido en el Reino Unido, estas tradiciones siguen arraigadas en mí y a veces no puedo evitar sonreír y pensar… ¡¿por qué demonios me creí eso?
He aquí algunos ejemplos que mi madre y mi abuela solían contarme;
- Nunca se debe dormir con la cabeza mirando hacia la puerta… hasta el día de hoy, me da mucho miedo, ¡es la posición de la muerte! (por lo que recuerdo)
- Duerme con unas tijeras al lado y un poco de ajo cuando estés embarazada, por si acaso un mananagal se encapricha de ti.
- No comas antes de acostarte: no te despertarás. (¡Puedo confirmar ahora amigos que esto no es cierto!)
- Si se camina por arbustos, bosques o cualquier lugar donde haya señales de vegetación alta, se debe decir «tabi po», que significa «Por favor, disculpe, estoy de paso». Es una señal de respeto hacia las hadas o los enanos que puedan estar rondando por ahí. Al fin y al cabo, uno no quiere pisar a nadie, ¿verdad?
- Nunca cambies las fundas de las almohadas por la noche: nunca supe qué significaba esto, pero hasta el día de hoy me lo sigo pensando dos veces.
- Una persona que tiene orejas grandes vivirá mucho tiempo… ese soy yo acabado.
- Si se te cae una cuchara al suelo, significa que pronto vendrá una hembra a visitarte. Si es un tenedor entonces será un macho.
- Nunca juegues con la comida, te dará dolor de estómago.
- Silbar para que sople el viento – Suelo encontrarme con que sólo tengo que dar de comer a mi marido un curry caliente y esto ocurre.
- Si te pica la palma de la mano, suele significar que te va a llegar dinero.
- Poner un trozo de papel mojado en la frente para curar el hipo: ya te puedes imaginar lo tonta que podía parecer cada vez que tenía hipo y mi madre decidía «curarme» con este método.
¿En qué solías creer?